2015

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Mientras duró dejó servidor de creer en muchas cosas, pero empezó a creer en muchas otras, así que al final este año lo despide con pena. Ha deseado enterrar uno o dos, ha maquillado algunos, pero en general mantiene servidor una relación cordialmente fría con los años que van pasando, pero no se ha saltado ninguno. 2014 ha sido un año de elecciones morales; y también ha sido un año muy físico. Lo cierto es que se siente insatisfecho y satisfecho a partes iguales, lo cual es muy raro en servidor, proclive a ver el vaso medio vacío.

— Es que siempre tienes el vaso medio vacío.
— Muy gracioso.

¿Es verdad que por primera vez el miedo parece querer caerse de la ecuación?: no, naturalmente, no lo es, no lo será; porque con independencia de la altura y generosidad de los proyectos, el ser humano es mezquino en todas las salsas. Pero muchas cosas van a equilibrarse. Seguiremos votando con miedo, pero con miedo a otra cosa. ¿A nosotros mismos? Está bien, a 2015 le tocará lidiar con eso.

Ha sido un año de conversaciones: en todo tipo de lugares y con toda clase de interlocutores. Un año en el que servidor se ha ratificado en su convicción (antigua) de que la conversación es, bajo cualquier circunstancia, la casa. Ningún hombre, ninguna mujer tiene menos tejado que la conversación.

Ha sido un año de enemigos, pero no de esos de los que puede uno aprender: de los otros.

Ha sido un año de amigos, también.

Es curioso, porque intenta servidor hacer una especie de discurso sobre su fin de año a sabiendas de que mañana comienza otro y que la única diferencia que va a notar es que, como siempre, tardará unos días en escribir la cifra correcta donde corresponda. A los años se les distingue con un número, pero va a reservarle servidor un nombre propio a este 2014. Que un año acabe no significa necesariamente que haya que hacerle un panegírico y poner una equis junto al correspondiente registro contable, y este merece ser bautizado y distinguirse con un nombre. Servidor ha pensado en «Marea».

— Pero es nombre de mujer.
— Mejor, Pangur, mejor.

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