Pangur vota

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Quería servidor escribir sobre cómo la obligada inmediatez de las nuevas formas de comunicación dificulta la categorización del análisis, convirtiendo, por ejemplo, el atentado de Orlando en un tema de terrorismo islamista, cuando lo es de odio fascista, el caso «De Gea» en un asunto deportivo, la estocada en opinión o en peculiaridad la elusión de impuestos, pero ha sido interrumpido por su gato Pangur, que desea que vote servidor «a los suyos» en la próximas elecciones ya que él, por fuerza, no puede. A muchos de sus lectores les va a parecer que es esta una información baladí, pero lo cierto es que en casa de un servidor los animales son una mayoría a la que Pangur representa, y eso, quiérase o no se quiera, hay que considerarlo. Claro que el perro Fiel es anarquista y el gato de Pangur, Yogur, un enigma; pero aún así, tanto uno como otro, además de los pájaros, topos, topillos y erizos, le han nombrado, para bien o para mal, su portavoz. De hecho, a nosotros nos llaman los bolcheviques.

Servidor no se toma estas cosas a broma, al contrario: es totalmente consciente de que la posición de los animales con respecto a las elecciones generales que el próximo 26 de junio se van a celebrar en su país es, mutatis mutandis, la misma que tanto él como sus conciudadanos y conciudadanas ocupan en las elecciones que van a celebrarse en breve en los Estados Unidos de América de Arriba.

Ustedes, como es de ley, harán lo que mejor les parezca, pero servidor es de los que, en materia política, prefieren el bien al realismo. Dicho de otro modo: el dudoso hecho de ser biológicamente superior puede ser desde cierto punto de vista suficiente para sus congéneres, pero es históricamente malo para los representados de su gato. Por consiguiente, duda. De lo que no duda (ni un segundo) es de que los animales a su cargo no dictarán su voto.

Raquel, a la que obviamente Pangur también ha “tanteado”, le ha prometido cambiar de papeleta para el Senado. Una idea que servidor, como suele decirse, respeta pero no comparte.

–Le he prometido «pensármelo», aclara Raquel.
–«Las cosas grandes que uno quisiera hacer, los hombres pequeños las estorban». Ya lo advirtió don Manuel Araña.
–Azaña.
–Eso he dicho.
–¿Has pensado, Pangur, que quizás me estés pidiendo un voto que, al final, no va servirte para nada?
–¿Has pensado que quizás estés traicionando tu pureza ideológica?
–¿Te ha enseñado la encuesta?, pregunta Raquel.
–Sondeo, corrige Pangur. –Es un sondeo.

Parece ser que, salvo Fiel, Yogur, las urracas que en conjunto se inclinan por el PP, media docena de carboneros que lo hacen por Ciudadanos y el petirrojo macho que votaría Unidos Podemos, el resto de los votos (hasta un total de 35) son para PACMA.

–¿Y las mariposas del avellano?
–No votan, no les da tiempo.
–¿No es un sondeo un poco escaso?
–La mayoría están demasiado ocupados, me dan miedo o huyen.

Servidor no piensa ni más ni menos que cualquier neurótico medianamente culto, pero no va a dejarse seducir por su gato en semejante materia; aunque tiene razón en una cosa y no va a negársela: es la pureza ideológica la que nos ha traído hasta aquí, y la que nos ha aupado a la necesidad de revisión de la pureza ideológica que a su vez nos ha aupado a la cima de las propuestas aventajadas. Pero servidor es de los que saben, por experiencia, que toda pasión idealista incapaz de constituirse en reflexión implacable, generosa pero implacable, se condena a sí misma al abismo político de la idiosincrasia.

Así que ha tenido que pedirle disculpas a su gato y explicarle con calma que la situación política, y más hoy que Jordi Sevilla pide dejar gobernar al candidato con más apoyo parlamentario (liberando a su obsesión antipodemita de la responsabilidad de unas indeseables terceras elecciones) predispone a pensar que si el PSOE no obtiene un resultado digno (y quedar tercero ya empieza a dejar de serlo) facilitará (¿dimisión de Pedro Sánchez por medio?) un gobierno del PP bendecido por Ciudadanos; que si no se le opone a eso una fuerza lo suficientemente fuerte (con un amplio y cerrado respaldo electoral) nada podrá evitar que suframos otros cuatro años de política entreguista, majarra y cuadrillera; que tal fuerza es, a todas luces, Unidos Podemos; y que la solución, a estas alturas, es robarle a los de los Rajoy todos (incluidos los que guarda en mano ajena) los triunfos posibles.

–Así que, no se hable más.

Iba servidor a añadir que si la encuesta (o sondeo) de marras se hiciese extensiva a todos los animales de la circunscripción provincial en liza, es más que probable que los de rebaño inclinasen la balanza en dirección al matadero, y que, afortunadamente, su animalismo (como el de PACMA) es a prueba de animales, pero ha preferido no añadir más leña al fuego.

–¿Es tu última palabra?
–Sí.
–Pues si no te importa voy a perseguir a esa azaña.

Servidor no ve ninguna, aunque es cierto que antes de las tormentas (y se avecina gorda) no es raro que alguna se cuele en casa por debajo de la puerta, por lo menos aquí, en Magaz de Abajo.

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